Todos sabemos que el pescado es una de las opciones saludables a la hora de elegir nuestro aporte alimentario. ¡Es perfecto para tapear! Delicioso en cualquiera de sus preparaciones, llenos de vitaminas, proteínas y grasas beneficiosas para la salud constituyen un éxito asegurado al posarse en nuestra mesa. Siendo además una fuente maravillosa de omega 3, cuya cantidad por supuesto variará en función de cada especie. Pero después de eso; el pescaíto, si es local mejor.
Además, cada uno de ellos está inserto en las formas de vivir de los sitios que visitamos, de forma que está en comunión con el universo culinario y gastronómico. Relacionado con los otros ingredientes que nos brinda el medio local donde nos desenvolvemos, en relación con las actividades económicas de las regiones y otros cultivos que se desarrollen.
Es cultura
Además, serán peces que resulten muy conocidos, al formar parte del paisaje cultural y gastronómico. Si decimos Huelva o Sanlúcar de Barrameda vamos a pensar de forma automática en sus famosos mariscos. Las celebérrimas gambas de Huelva. De la misma manera que Rota implica Urta a la roteña y el papel que cumplen los erizos de mar en las fiestas que conducen al carnaval gaditano. Es decir, la comida es mucho más que comida. Se convierte en una pieza más del entramado interdependiente de la cultura de un lugar, y en definitiva en uno de sus elementos de identidad que los hacen único y valioso.
Variedad de marisco en tu mercado
Es más sostenible
Una parte enorme de cualquier elemento que usamos cualquier día viene de cientos, o miles de kilómetros; casi literalmente la otra parte del mundo. Ello implica muchas cosas, entre ellas que ha habido que gastar mucha energía y producir un gasto y contaminación que ahorramos si a nuestra mesa traemos productos que vienen de productores más cercanos. Entre todas las ventajas que podemos producir de estos bienes es que estamos poniendo nuestra pequeña aportación para la conservación del planeta. Mantienes esos recursos económicos cerca de tu casa, apoyas al tejido productivo de tu región y obtienes unos ingredientes que están sometidos a los más estrictos controles de sanidad y calidad; es una acción redonda. El grado de frescura que puede retener tu comida después de viajar 5 kilómetros hasta la cocina es incomparable con aquel que a pesar de todo el cuidado y los medios técnicos que se le ponga cruza todo el mundo en barco, avión o camión hasta nosotros.
Además, como podemos apreciar si visitamos un mercado; en la variedad está el gusto. Por lo general en estos lugares encontramos gran cantidad de variedades distintas de producto, protegiendo así los recursos de una pesca intensiva sobre un único animal y proporcionando muchas opciones diferentes y con una menor huella ambiental.
Otra ventaja es la trazabilidad, si conocemos la cadena que ha llevado nuestro producto desde el principio al final podemos estar al corriente de todos los detalles que nos interese. La transparencia es un factor a evaluar aquí; si se cumplen los métodos de pesca o cría adecuados, de donde procede y cómo se trata el producto y si cumple con los criterios adecuados en todos los aspectos.
Pescaíto frito en las Negras (Almería)
Y es que el pescaíto frito es delicioso
Aunque por supuesto hay distintos tipos de pescado con sus distintas peculiaridades, también las hay las diferencias a la hora prepararlo. Por ejemplo, en un lugar donde contamos con una producción enorme de aceite de oliva de excepcional calidad, no podía faltar el compromiso entre todos nuestros mares, el mediterráneo, el atlántico y el mar verde que constituyen los miles de hectáreas de olivos que pueblan nuestros campos. Una espectacular manera de disfrutarla es con la fritura que ha venido a llamarse “a la andaluza”.
Consiste en rebozar el pescado en harina para a continuación freírlo. Entre los más utilizados están los chocos, puntillitas, pijotas, pescadillas, acedías, cazón en adobo, salmonetes y boquerones.
En la selección que uno más desee, y acompañado con el zumo de limón –pero muy poco, ya que no queremos encubrir el sabor- es un placer difícil de resistir, en especial en una noche con buena temperatura y rodeado de amigos. Pues suelen servirse en una gran bandeja en el centro de la mesa para que cada uno tome cuanto quiera. Una gran aportación a una comida o cena con amigos en Andalucía.
En Sevilla podemos encontrar multitud de establecimientos en los cuales se trabaja el pescado de una manera sublime, pero en cuanto hablamos hoy del carácter popular del pescaíto frito es necesario recomendar ambientes de esa atmósfera. Dependiendo de donde te encuentres a la hora señalada te recomiendo tres lugares.
-Si andas por las cercanías de la plaza de España o el barrio de santa cruz, no dudes en acercar a las proximidades de la iglesia de Santa María la Blanca y ya tu olfato re guiará a la freiduría Puerta de la Carne.
-En caso que estés dando una vuelta por Triana, la freiduría Reina Victoria en la calle Rodrigo de Triana es tu lugar. Tradición en un entorno mágico cómo es Triana, cartucho de pescaíto y paseo por el Guadalquivir. ¿cómo resistirse?
-Sevilla no acaba en la plaza nueva ni mucho menos, está llena de sitios con encanto. Entre ellos están los que se encuentran un poco más al norte, en el barrio de la Macarena nos podemos encontrar la freiduría La Pastora, con veladores donde degustar su carta.
Además si te interesa, consulta nuestra oferta gastronómica:
Nuestros tours son privados y exclusivos. Tenemos sugerencias 100% adaptables a tus deseos.
Nos tomamos nuestro tiempo para ofrecerle una experiencia con amigos.
Es tu momento, tu tiempo de ocio, el tiempo esperado del año y estamos a tu servicio para que todo sea perfecto..
Estamos a tu disposición. Puedes enviar mensajes de WhatsApp y correo electrónico. También puedes llamar para obtener la información que necesitas.